Obtiene su color de la flor boca de dragón
Luego de 20 años de investigación y desarrollo, la empresa Norfolk Healthy Produce puso en venta las semillas del primer cultivo alimentario genéticamente modificado que se comercializará directamente entre jardines domésticos y no a grandes agrícolas.
Parecen tomates editados en photoshop, pero son reales e, incluso, más saludables que los tradicionales tomates rojos, amarillos o verdes: el tomate morado de Norfolk tiene tanta antocianina como un arándano o una berenjena.
Esta nueva variedad, modificada genéticamente por la compañía de biotecnología Norfolk Healthy Produce, comenzó a venderse esta pasado sábado 3 de febrero en su sitio web por US$20 las 10 semillas, aunque solo en Estados Unidos.
Este trabajo está liderado por la bioquímica Cathie Martin, quien hace 20 años se impuso crear un tomate utilizando ADN de otro organismo no relacionado, en este caso, una boca de dragón o dragonaria (snapdragon), una flor comestible que se puede encontrar en varios colores, entre ellos el morado.
El objetivo era desarrollar un tomate con altos niveles de antocianinas, compuestos que dan color a los arándanos, las moras, la berenjena, y que cuentan con estatus de superalimentos.
Esto se debe a que las antocianinas tienen efectos anticancerígenos y antiinflamatorios, ya que funcionan como antioxidantes que pueden ayudar a neutralizar moléculas inestables en el cuerpo -que pueden dañar las células sanas-, impactando positivamente para prevenir el envejecimiento y las enfermedades.
HUERTOS CASERAS
La idea principal de este desarrollo, para la compañía, es que se pueda cultivar en jardines y huertas de forma doméstica, casera, y no en grandes agrícolas, y que también pueda acercar los desarrollos genéticos y alimentos modificados a las personas.
“Nuestro objetivo es demostrar con este producto y con esta empresa que los consumidores pueden obtener muchos beneficios a través de la biotecnología, un mejor sabor y una mejor nutrición, como principales ejemplos”, afirmó Nathan Pumplin, director ejecutivo de Norfolk Healthy Produce, al medio NPR.
Comenzó con la técnica básica que los científicos descubrieron en la década de 1980 utilizando una bacteria para insertar naturalmente su ADN en organismos huéspedes.
Es un proceso que puede ocurrir de forma natural, por ejemplo el camote tiene el ADN de una agrobacteria y técnicamente puede considerarse transgénico, una planta que contiene material genético de dos organismos diferentes.
Martin aisló el gen en la flor de boca de dragón que activaba y desactivaba el color púrpura. Luego tomó el gen y lo insertó en la bacteria. Luego, el tomate podría absorber el material genético extraño y expresar este nuevo gen, que activa este color.
Fuente: redagricola.com