AGRO. - Aprobación de proyecto FNDR del Gobierno Regional permitirá incorporar macadamia, pistacho y calafate, y fortalecer la presencia de otras dos especies (castaño y papayo) lo que transformará a Ñuble en la única Región del país con un proyecto de gran magnitud, que establecerá alternativas productivas sostenibles para la fruticultura, considerando todos los segmentos de productores/as, y el nuevo escenario climático.
Se trata de macadamia, pistacho y calafate, los dos primeros cotizados frutos de nuez en el mercado internacional, mientras que el tercero corresponde a un fruto silvestre destinado a la repostería, propio de la Patagonia, y con gran potencial de establecimiento en algunas zonas de la región.
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Macadamia |
El proyecto “Fruticultura sostenible y resiliente al cambio climático para la Región de Ñuble", con fondos del FNDR iniciativa que por 36 meses ejecutarán investigadores de INIA y que tendrá por finalidad incorporar tres nuevas especies productivas al sector frutícola regional.
En este sentido, el directivo INIA, Marcelino Claret, destacó que en todas estas especies se consideró la adaptación que tienen frente a eventos extremos de cambio climático. “Tanto el pistacho, la macadamia y el calafate consumen un tercio del agua que requiere un frutal normal, lo que se adecúa a la menor disponibilidad de agua de riego en los campos”.
Claret señaló que INIA dispone de ejemplares de plantas de estos frutales adaptados naturalmente a condiciones extremas, y que “serán reproducidas en nuestros laboratorios, para luego ser entregadas a los productores”, todo ello en concordancia con municipios, fomentos productivos y programas prodesal, lo que posibilitará “tener parcelas demostrativas en las 21 comunas de la región y evaluar el comportamiento de las especies”. Agregó que también se potenciará la producción de castaños y papayos, especies que hasta ahora solo están presentes en la costa y en la precordillera.
Este inédito proyecto beneficiará directamente a más de mil agricultores/as de Ñuble, quienes podrán acceder a parcelas demostrativas y a más de 120 instancias de capacitación entre “días de campo” y talleres, a lo largo de los tres años de vigencia de la iniciativa.
El investigador de INIA Quilamapu y coordinador del proyecto, Jorge Retamal, agregó que “se adaptan muy bien a las pequeñas superficies, lo que favorece a pequeños agricultores, ya que el precio de venta por kilo es muy superior al de arándano y frambuesa”. Asimismo, mencionó que el costo de inversión y mantención de huertos de pistacho y macadamia es inferior en un 30 % al de arándano y cerezo, ya que requiere menos plantas por hectárea, un sistema de riego de menor tamaño y menos mano de obra, entre otros factores.