Conmemoración 11 de sept. 1973


El 11 de sept de 1973, es una fecha que dividió a nuestro país y tras 50 años, parece ser que hemos aprendido muy poco.

Para entonces yo no había nacido, pero crecí escuchando los bandos del sí y el no, lo que para algunos era dictadura para otros había sido la salvación de este país.  

Sin pretender convencer a nadie de si fue bueno o malo el golpe de Estado, hay hechos concretos que son innegables, que ocurrieron durante los siguientes 17 años, y al menos, ante ellos, no es posible abstraerse.  Hubo muertes indiscriminadas, en otros, de niños y niñas que nada tenían que ver con las ideologías políticas, ni con la economía, ni con la polarización del mundo en esa época, todavía de plena guerra fría, donde unos estaban del lado de Estados Unidos y otros del lado de la Unión Soviética.  Y no dejemos de recordar que hasta entonces, todos los gobiernos socialistas en el mundo habían asumido por la fuerza, con excepción de Chile.

Algunos señalan que gracias a esta intervención de los militares, la economía de Chile creció y nos convertimos en un modelo para salir del subdesarrollo, sin embargo, me resulta difícil pensar que la economía es más importante que la vida humana.

Imagínese usted, que cuando hay un siniestro, un incendio, un terremoto, un aluvión, lo que sea, usted, yo y todos, decimos: “las cosas materiales se pueden recuperar, lo importante es que no hemos lamentado pérdida de vidas”.

Entonces, ¿acaso no es esta lógica es la que uno debería aplicar siempre?  Porque No porque otros piensen distinto a mí, no, porque haya posiciones opuestas a nuestra forma de concebir el mundo vamos a asesinarlos.   Claro que es difícil la convivencia, si yo no me entiendo con mi marido, tengo la opción de separarme e intentar llevar la fiesta en paz, ¿cierto?

Es probable que en ambas caras de la “Moneda”, hubo impulsores para reaccionar por la vía armada, y no me pongo en la posición de defender a ninguno de ellos. Sin embargo, hoy día, necesariamente debemos sacar lecciones.    La vía pacífica, nos expone, a que haya alguien que nos pisotee, la postura agresiva siempre va a terminar en odio, por lo tanto, necesitamos encontrar un equilibrio.

Chile, no puede permitirse justificar por ningún motivo, la muerte o la tortura.  Los chilenos tras tantos años de dolor, odio y división, debemos aprender a construir una sociedad que sea más tolerante, que sea más empática con el dolor ajeno, que sea más equitativa. 

Sinceramente, no sé cómo debemos conducirnos para alcanzar ese propósito, pero al menos le invito a pensarlo y que lo pongamos en práctica con nuestro entorno. Siempre habrá quienes que no son capaces de tolerar o incluso de perdonar, pero que ellos sean los menos.  Una buena palabra, una buena acción con nuestros amigos y vecinos debiera tener como resultado algo bueno.  

Claudia Espina V.

Administradora Pública



Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

JSON Variables

World News

نموذج الاتصال