LOCAL.- Chillan se vio favorecida por el centralismo mediante la entrega de recursos que han sido capitalizados por la cabecera regional, mientras la comuna de San Carlos permanece en la categoría Nivel Bajo que presenta desde hace años, según lo dijo en Chillán el experto Arturo Orellana
Fue al presentar recientemente el informe ICVU (Índice de Calidad de Vida Urbana) en dependencias de la Cámara Chilena de la Construcción, cuando el experto Arturo Orellana, investigador del Núcleo de Investigación sobre Gobernanza y ordenamiento territorial de la Pontificia Universidad Católica, explicó que el estudio se realizó en las 99 comunas del país que superan o bordean los 50 mil habitantes y se midió el estándar de calidad de vida con base en seis dimensiones: Condiciones Laborales, Ambiente de Negocios, Condiciones Socioculturales, Conectividad y Movilidad, Salud y Medio Ambiente, y -finalmente- Vivienda y Entorno.
Y tal como se había anticipado, Chillán figura avanzando de un nivel Medio bajo a uno Medio Alto; mientras que San Carlos permanece en la categoría Nivel Bajo que ya presentaba hace unos años.
Para explicar este salto de categoría que experimentó la capital regional de Ñuble, el profesor Orellana apunta que “ha ido consolidando su rol de ser una capital regional y no provincial. Al mismo tiempo, ese proceso de descentralización le ha ido entregando a la región una cantidad de recursos que ha sido mayormente capitalizada por Chillán. Esto es algo que vemos en muchas regiones del país”.
Hasta aquí está clara la situación para Chillán.
Tras los resultados de este informe de la calidad de vida urbana, se abre una tremenda ventana de desafíos para San Carlos y la provincia, de la mano de los liderazgos que deben emerger, no solo en el ámbito político, sino más bien en la planificación técnica del necesario desarrollo para San Carlos.