Dan a conocer cuatro nuevas variedades de frambuesas 100% chilenas


AGRO.- El nombre de las nuevas variedades destaca a cuatro productoras de frambuesas del país, uniéndose, además a las tres anteriores variedades “Santas” desarrolladas por este Consorcio y la Universidad Católica de Chile.

“Santa Eduvina”, Santa Guillermina”, “Santa Rosa” y “Santa Isabel” son las nuevas variedades.

El Consorcio Tecnológico de la Fruta sorprende una vez más con el lanzamiento de cuatro nuevas variedades de frambuesas: “Santa Eduvina”, “Santa Guillermina”, “Santa Rosa” y “Santa Isabel”, las cuales se suman al éxito de las primeras tres variedades de frambuesas del Programa de Mejoramiento Genético del Frambueso del Consorcio, “Santa Catalina”, “Santa Clara” y “Santa Teresa”, las cuales no solo han tenido una excelente aceptación por parte de los agricultores chilenos, dada su remontancia, calidad, rendimiento y gran calibre, sino que también a nivel internacional.

María Fernanda Álvarez, coordinadora del Consorcio Tecnológico de la Fruta, junto con destacar los nuevos desarrollos, relevó la importancia del trabajo mancomunado. “Son 14 años de trabajo los que se expresan hoy en estas nuevas variedades, con lo cual se da muestras que es posible obtener logros en materia genética en Chile, aportando no solo al crecimiento y desarrollo de la agricultura familiar campesina, sino que también a Chile como generador de genética. En el Consorcio Tecnológico de la Fruta hay un trabajo coordinado entre Asoex, empresas frutícolas socias, la Pontificia Universidad Católica de Chile y Corfo”, observó.

Nombres con sentido y en homenaje a las productoras

Las cuatro nuevas variedades fueron bautizadas, haciendo con ello un homenaje y reconocimiento a la esforzada y comprometida labor de cuatro agricultoras chilenas. De la Región de Aysén: Eduvina Troncoso de Mañihuales; Rosa Vera Huenul de Puerto Guadal, comuna de Chile Chico y Guillermina Miranda del Sector Seis Lagunas y presidenta de la Agrupación de Mujeres Campesinas de la Patagonia. Mientras que desde la Región del Maule, la productora Isabel Leyton.

“Yo tengo las tres variedades anteriores, Santa Clara, Santa Catalina y Santa Teresa. Antes tenía otra variedad que era la Heritage, pero no se compara para trabajarla y por el rendimiento. Las Santas me facilitan el trabajo, es una buena elección. No es tanta la superficie que tengo plantada, pero el rendimiento es muy bueno, llego a las 20 toneladas por hectárea”, comentó la productora de Teno, Isabel Leyton, quien, además, agregó: “Me siento tan orgullosa de tener una variedad con mi nombre. No sé cómo expresar esta alegría, pero lo que sí sé es que la cultivaré porque de seguro es tan buena o mejor que las que ya tengo”.

“La experiencia que tuvimos nosotras fue maravillosa. Yo estoy súper contenta con mi trabajo y me gustaría seguir adelante, conociendo otras cosas más. He tenido la fortuna de producir las tres variedades anteriores, donde la Santa Clara ha sido la mejor que se me ha dado, pero me quedo con todas, pues son todas ricas y mucho más grandes. Nosotras en Aysén tenemos una frambuesa nativa, pero estas otras son incomparables de lo buenas”, señaló Eduvina Troncoso, quien respecto a tener una frambuesa con su nombre puntualizó: “Sentí mucha responsabilidad, sentí nuevas energías, más vigor, pero además como mujer, siento que represento a muchas mujeres productoras de la Patagonia. Y por supuesto, la voy a plantar, la voy a amar como amo también las otras”.

Coincidente con ello, Guillermina Miranda, productora coyhaiquina, remarcó: “Tener una variedad a mi nombre me pareció algo muy reconfortante no solo para mí, sino que, para todas las mujeres de la Patagonia, porque en nombre de ellas es que recibo esta distinción. Lo recibo con mucha humildad y responsabilidad, y a nombre de todas las productoras que se atreven a hacer algo nuevo, a innovar”.

Por su parte, la productora Rosa Vera de Puerto Guadal, destacó: “Todo me parece muy lindo. Las variedades de frambuesas que vimos, y especialmente, que lleven nuestro nombre, es fantástico. Hay una gran responsabilidad detrás, pues llegamos a las comunidades con variedades diferentes, pero muy buenas”.

Cabe destacar que cada una de estas productoras ha sido apoyada, a través de programas Indap, tanto en Maule como en Aysén, lo que les ha permitido obtener las variedades e implementar mejor su cultivo.

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