Crean red de alerta temprana de plagas para proteger cultivos maulinos



AGRO.- (Comunicado Indap).- La creación de la Red de Alerta Temprana de Plagas en el Maule fue oficializada  en una reunión vía telemática, por  servicios del Ministerio de Agricultura, culminación de un trabajo que se venía desarrollando desde hace varios meses y que abarca las 30 comunas de la región.

El objetivo de esta iniciativa es preparar a los agricultores, especialmente a los más pequeños, para hacer frente a nuevas plagas de importancia económica como la Drosophila suzukii, o mosca de alas manchadas, que reviste peligro para los berries y cerezos, y la Bagrada hilaris, o chinche pintado, que ataca las hortalizas.

Para ello, se están transfiriendo las capacidades técnicas del SAG y el INIA a los profesionales de INDAP y los extensionistas de los servicios de asesorías técnicas y Prodesal que trabajan con los agricultores, mediante capacitaciones específicas y un fluido intercambio de información.

La idea es que ante cualquier sospecha de estar en presencia de una plaga emergente o alguna que no esté presente en la región, los agricultores recurran a los profesionales que han sido entrenados en cada comuna para una identificación rápida del potencial peligro. Este mecanismo es relevante, pues una de las principales ventajas para un manejo o control eficaz de plagas es atacar el problema en los primeros momentos para evitar su diseminación.

La reunión culminó con una exposición del entomólogo de INIA Luis Devotto, quien lidera un equipo de especialistas que están ejecutando un proyecto financiado por el Gobierno Regional del Maule para controlar integradamente la mosca de alas manchadas.

El especialista explicó que la situación ya era favorable para la plaga antes del temporal de verano, pues varios factores ayudaron a su proliferación. “La escasez de mano de obra lleva a que se coseche solo cuando se puede y no cuando se debe, hay mal control de malezas, la cosecha es muy selectiva, no hay aplicación de insecticidas y tampoco se recoge la fruta remanente”, dijo.

“Las lluvias de enero -agregó- acentuaron estas malas condiciones y en muchos casos se cumplió casi una semana sin entrar a cosechar por lo que la fruta estaba muy blanda”.

Devotto indicó otros factores que han incidido en la proliferación de la plaga. Por ejemplo, las lluvias ayudaron a un mayor crecimiento de las zarzamoras, que son lugares donde se esconde la Drosophila suzukii, y las malezas crecieron fuera de control.

Por otro lado, añadió que los huertos no están bien diseñados para enfrentar la plaga. Por ejemplo, no hay camellones, no hay tela antimaleza, las entrehileras son muy estrechas y se sigue haciendo riego por tendido, lo que favorece la humedad.

“En cuanto al control, el mensaje que nos han dado todos los expertos extranjeros es que el manejo debe ser con enfoque integral; hay que usar insecticidas químicos siempre y cuando se implementen ciertas modificaciones y manejos culturales en el huerto”, sentenció Devotto.

En este sentido, el trabajo en red y la ampliación del número de trampas en la región permitirá crear una base de datos con la cual comparar el comportamiento de la plaga cada año. Con esa información, los productores de fruta podrán ajustar su programa de trabajo de acuerdo a la menor o mayor presión de la plaga.

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