AGRO.- ( Indap-Maule).-Un cambio de vida decidió realizar
hace algunos años el agricultor Sergio Miño, de la localidad de Lo Valdivia en
la comuna de Sagrada Familia, región del Maule.
Por años se dedicó a la producción de tabaco, alcanzando a
cultivar hasta seis hectáreas. Si bien fue un trabajo que le permitió vivir y
construir una base económica para su familia, señala que fue una actividad que lo fue agotando y consumiendo.
Hace algunos años ingresó al programa Prodesal de INDAP y
descubrió un abanico de posibilidades nuevas y decidió reconvertirse hacia
cultivos sanos y orientados a toda la familia. “Yo antes era tabacalero,
cultivaba 6 hectáreas y reduje. Ahora
tengo dos mil metros y me dan más que lo que tenía antes. Ahora saco un
producto sano, que todos pueden comer. Eso me cambio la vida. Porque yo me
estaba consumiendo con eso y hoy con lo que tengo genero más chauchas que
antes”.
Sergio cultiva diversos tipos de hortalizas y actualmente
también está abocado a su producción de
frutillas y sus melones “colgantes”, que produce en un invernadero de 240
metros cuadrados, con cubierta de policarbonato. “Esto tiene que ver con ir
innovando siempre y no siempre hacer las cosas de la misma forma y viendo los
resultados para ver cómo nos vamos quedando.
Siempre estamos acostumbrados a ver el melón botado, ¿por qué no
colgado?, para ver las dimensiones y
saber cuántos melones da la planta, y sacar conclusiones de cómo nos quedaron”.
Con la asesoría de Prodesal ha ido desarrollando su negocio
y postulando a diversas iniciativas en el área
INDAP de Curicó, como la profundización
de su noria, sistema de riego y fertirriego tecnificado, panel solar y
su invernadero. “Yo agradezco mucho a los técnicos de Prodesal, por su
permanente apoyo y orientación. Por ejemplo para en invernaderos tener esta
noria, que se profundizó, donde colocamos una bomba y tenemos también un panel
fotovoltaico, todo por intermedio de INDAP. Eso me ha permitido regar de día y de noche”.
Este productor, que se empina en los 70 años, vive junto a su esposa, es padre de 3 hijos,
abuelo y bisabuelo y da trabajo permanente a una persona en la verdulería,
donde vende directamente sus productos, en la misma parcela que adquirió hace
27 años. “Yo siempre he dicho que uno debe formar la vida entre los 20 y los 60
años. Si no adquirimos nada en ese tiempo, ya no lo vamos a hacer.
Porque la
vida hay que hacerla en esa etapa y después hay que “vivir la vida”, si hicimos
mucho, vivimos con lo que hicimos y si no hay que tratar de conformarse no
más”.
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