"No hay que aceptar invitaciones ni regalos"

Publicado: Sábado, 04 Marzo 2017 07:08 Escrito por Carolina Méndez
"Uso suspensores desde niño porque mi nono los traía desde Italia. Nunca vi a Larry King, no sé nada de inglés"."Mi escritorio es un desastre, porque me gusta trabajar sin ayudantes".

"No me gusta que nadie me escriba las cartas, porque me gusta eso de la sangría, escribir con tinta verde". "No voto, porque si lo hago después no miraré con la misma distancia a una persona respecto de otra". "Si no leo literatura me trasformaría en un bruto, y no quiero serlo". "Nadie me ha querido premiar nunca y no me gustaría".

"Nunca he estado tranquilo. Siempre hay un grado de tensión antes de salir al aire, porque hay que estar concentrado. Hay que relacionar hechos y nuestro deber es entregar perspectivas. Esta no es una conversación de salón, no estoy tomando té con un amigo, es un programa de radio. En mi trabajo no hablo de cosas que no sé, no me siento al micrófono sin saber. Manejo noticias en la mañana y ese material lo conozco completo. Me dedico a estudiar mucho. Me levanto a las cinco de la madrugada y lo primero que hago es pensar cuáles serán las noticias importantes del día".
—¿Te has arrepentido de algún comentario?
—En radio siempre se pueden cometer errores, después de tantos años obviamente alguna vez los he tenido. Pero la radio acierta mucho. No tenemos una bola de cristal, nosotros estudiamos harto, hay una dedicación enorme detrás.
Aunque pasa tres horas cada mañana en radio Bío Bío hablándoles a sus auditores, Tomás Mosciatti es reacio a las entrevistas. Esta es la primera más personal que da.

Vive en un edificio en Providencia, en calle Antonio Bellet, que colinda con la emisora. "Estar pegado a la radio me da seguridad y comodidad; es mejor para los auditores que esté cerca; camino 30 metros y llego. Eso me permite ir a trabajar, preparar entrevistas y estar tranquilo, tener una biblioteca a disposición al lado. Es conveniente para mí y los auditores". Como está caminando poco ha ganado un par de kilos. "Ahora estoy haciendo bicicleta, tengo una estática en mi casa. Además tengo mi biblioteca... Si no leo literatura me trasformaría en un bruto, en un primate y no quiero serlo".

Aprovechando que habló del peso le preguntamos si tiene alguna vanidad. "Soy cero pretencioso, no me interesa nada de eso".

Tiene 56 años. Nunca se ha casado y no tiene hijos. Estudió en la Alianza Francesa de Concepción, es abogado de la Universidad de Chile y director de Radio Bío Bío. Su voz lleva más de quince años al aire en esta emisora fundada en Concepción. Un hombre que convoca a expectantes oídos de todos los sectores.

"La radio la fundó en 1966 mi padre, Nibaldo Mosciatti. La primera fue El Carbón de Lota. Yo nací con esa radio, el año 59. Iba cuando chico. No recuerdo un domingo sin que mi padre haya ido. Desde niño lo acompañaba. Crecí informándome, teníamos acceso a periodistas, descubrí que si entraba al locutorio nadie me echaba, y cuando entraba a la oficina de mi papá nadie se daba cuenta de que estaba ahí. Escuchaba las conversaciones. Estaba llena de gente interesante, había un ambiente muy caliente... Para mí era extraordinario ver a los periodistas con las máquinas de escribir a una velocidad impresionante mientras conversaban con el de al lado".

Tiene doble nacionalidad, chilena e italiana. "Quería ir a las raíces de la lengua, me gusta mucho el italiano y estudié latín tres años porque me atraían los clásicos como Horacio y Virgilio. Sé italiano de oídas. Conviví con abuelos italianos y en mi casa recibíamos revistas de niños en italiano".

Es hijo del segundo matrimonio de Nibaldo Mosciatti, con Olga Olivieri. Son cinco hermanos y tiene tres medio hermanos. Tomás es director de la radio, Nibaldo, periodista y jefe de prensa de Bío Bío; Ezio es arquitecto, fue quien remodeló la antigua casa de Antonio Bellet donde están desde 1997; Mauro es ingeniero y gerente general de la emisora en Concepción, y Piero Bruno está a cargo de Radio Punto Siete en Concepción y es profesor de Derecho Romano en una universidad.

De sus medio hermanos cuenta: "Mi hermano Jean Piero se radicó en Osorno y trabajó durante 26 años en Radio Bío Bío de esa ciudad junto con ejercer su profesión de dentista. Florencia es bioquímica y ejerció su profesión, y Cecilia estudió Pedagogía y vive en Puerto Varas con su marido que trabaja hace muchos años en la industria del salmón".

—¿Cómo es trabajar en esta "famiglia" italiana?
—Lo logramos teniendo siempre presente el esfuerzo de nuestros abuelos inmigrantes y de nuestros padres. Tenemos un objetivo común, con confianza plena entre nosotros. Con mucha pasión y respeto por las habilidades de cada uno. Y orgullosos de muestra latinidad.

"No establezco vínculos, cuando me junto con alguien es en la radio"

—Muchos se han preguntado si postularías a un cargo político...
—Jamás sería político, ni menos usaría la radio como una plataforma para algo personal, ¡sería terrible! Tampoco nunca se me ocurrió hacer clases, le tengo demasiado respeto a la universidad, la veo como un templo.

—Qué extraño que, creciendo en un ambiente radial, no te decidieras por estudiar Periodismo.
—Porque la radio fue mucho más fuerte. Me gustaba mucho el derecho, mi mamá es abogada, quizás por ahí fue mi influencia. No me considero abogado porque creo en la acreditación permanente, aunque volvería a estudiar lo mismo, pero hoy no ejercería; nadie se opera con un médico que no ha operado en más de diez años. En todo caso, no considero que solo haga un trabajo periodístico; estoy a cargo de una radio que tiene muchas cosas. Me gusta el oficio de la radio y el periodismo está dentro del concepto grande de oficio. La radio también son programas, producciones, una estética, voces, música...

—¿Es verdad que te han querido premiar varias veces, pero no han podido porque no eres periodista?
—No, nunca nadie me ha querido premiar y no me gustaría. Además, no hay ninguna razón para eso y lo digo con toda sinceridad, pues no soy solo yo, contamos con un equipo de trabajo extraordinario. Somos una radio que nació en regiones, cubrimos el 95% de la población, somos la primera audiencia nacional, la primera radio informativa de Santiago y la plataforma digital (la web) está entre las tres más grandes del país. Más que seguir expandiéndonos, quisimos crear una unidad de investigación para mejorar contenidos y tener más profundidad. Quizás en esto somos pioneros, no conozco que otras radios en Chile lo tengan. Somos una radio de servicios, que debe ser cada día mejor. Con este equipo hemos dado a conocer casos como los negocios de Piñera en Perú y ahora los negocios en Dominga. Hemos investigado y divulgado en profundidad los negocios de Ponce Lerou, Luksic, la estructura tributaria de Guillier, el caso Caval, los negocios de Enrique Correa y Cristina Bitar.

—¿Te complica ser independiente?
—No, nada de difícil, uno mira la realidad y este escenario es sin compromisos, sin amistades. Tampoco voto, porque en mi caso estimo que, si lo hago, después no podré mirar con la misma distancia a una persona respecto de otra y mi pretensión es mirar a todos con la misma distancia. Esto es una decisión personal, no digo que deba ser así.
Nunca en mi vida he querido seguir una carrera, yo estoy al servicio de los auditores. Mi oficina no tiene secretaria, todos nos medimos por la misma vara, porque somos todos del oficio. Aunque sé que puede resultar raro que el director de la radio sea quien conduzca y comente las noticias, porque por lo general los directores no están al aire.

—Dicen que aunque aseguras dar libertad a los periodistas, finalmente todo lo que sale al aire lo decides tú...
—No es así, vengo de una familia en que siempre se promovió el debate. Fue así mi padre, es así mi madre y son así mis hermanos. Creo mucho en la libertad. Me interesa que cada periodista reportee y diga todo lo que sepa. Me enorgullezco de decir que en Bío Bío nunca un periodista que haya trabajado aquí ha sido censurado. No sé si todos los medios puedan decir eso. Esto se da porque mi padre era así, la idea de la radio fue de él, yo solo soy un simple continuador.

—¿Por qué crees que a los auditores les gusta tu estilo frontal?
—Porque me interesa genuinamente la gente, porque para ejercer este trabajo no hay que hacer vida social, ni aceptar invitaciones ni regalos. Cuando trabajo no tengo amigos, porque me debo a los auditores. No establezco vínculos, cuando me junto con alguien es en la radio. Los medios de comunicación te pueden permitir hacer otros negocios y dan poder. A nosotros no nos interesa el poder, no queremos abrir ninguna puerta, solo nos importan los auditores, lo demás no existe.

—Tener una radio con este estilo informativo puede ser bien arriesgado para los avisadores...
—Si un cliente se va trabajamos con menos plata, nunca he temido que nos dejen. Claro que tenemos ambición, hacer la mejor radio de Chile. Mi papá siempre decía que no hay que tener miedo a perder la radio, si eso pasa se acabó y no hay más.

—¿Te topas con políticos?
—No veo a nadie, paso entre la radio y mi casa que está al lado, solo los veo cuando vienen a la radio y los saludo.
Tiene una colección de Fiat 1100
La mamá de Tomás, muy católica, lo llevaba desde niño a misa. "A lo mejor hay un Dios, pero yo no tengo la fe, pero tampoco soy comecuras, hay buenos y malos", dice.

—¿Y en quién te refugias cuando estás en problemas?
—Me dedico a pensar, puedo intercambiar opiniones con alguien que considere inteligente, porque los problemas complejos requieren cierta capacidad para salir de ellos. También me dedico a leer, hay una evasión ahí.
Cuenta que come poco y que le encantan las pastas del Rivoli. "Me gusta la comida bien hecha". Además, tiene varios autos Fiat 1100. "El primero que tuve lo vi desarmado en la calle y cuando me subí tenía el mismo olor de ese auto donde a los nueve años recorrí Italia junto a mis nonos y una tía. Lo compré en recuerdo de ese viaje", recuerda el comunicador que se mueve por Santiago en su moto Vespa.
Asegura que se viste y se peina rápido y que deja todo preparado la noche anterior para no perder tiempo. En cuanto al vestuario en CNN, donde es comentarista, pidió que no le hicieran cambiarse de ropa. "Quería salir tal cual andaba en el día, yo no me cambio a cada rato a menos que se me derrame algo. Además, no quería ser un personaje de tele".
Al finalizar le preguntamos sobre lo que tanto se le enrostra.

—¿Quisiste imitar alguna vez a Larry King?
—Uso suspensores desde niño, mi nono me los traía de Italia. A Larry King nunca lo vi, porque no sé nada de inglés.

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