"Sddeutsche Zeitung" se basa en archivos del Gobierno alemán de los años 1987-1983 desclasificados
con diez años de antelación a instancias del ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.
Berlín.- Las autoridades alemanas
tuvieron conocimiento de los crímenes cometidos en "Colonia Dignidad",
el asentamiento de alemanes en Chile que funcionó como centro de
detención clandestino durante la dictadura militar, e hicieron poco para
evitarlo, afirma hoy el diario "Sddeutsche Zeitung".
El rotativo se basa en archivos del
Gobierno alemán de los años 1987-1983 desclasificados con diez años de
antelación a instancias del ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter
Steinmeier.
El ministro socialdemócrata admitió
durante el anuncio de la apertura de los archivos a fines de abril que
el Gobierno y la embajada alemana en Santiago no hicieron lo suficiente
para asistir a las víctimas que buscaban ayuda y protección.
"Es un capítulo negro de la historia" de
la diplomacia germana, reconoció Steinmeier en un acto celebrado en
presencia de víctimas del asentamiento, que fue centro de prácticas
pederastas, de torturas y de desaparición de personas.
El "Sddeutsche Zeitung" cita un
protocolo confidencial de fines de 1986 en el que un exmiembro de la
colonia recordaba ante un diplomático alemán los casos de abusos
sexuales de niños por parte del fundador de la secta, el alemán Paul
Schfer, al que la embajada "curiosamente" le había renovado el
pasaporte.
El testimonio también da cuenta que
Augusto Pinochet y el jefe de la policía Rodolfo Stange habían sido
recibidos en la colonia "con todos los honores" y que "un ciudadano
estadounidense" (probablemente el hasta ahora desaparecido matemático
Boris Weisfeiler) se había esfumado, razón por la cual "un servicio de
Estados Unidos" se interesaba por el asentamiento.
Según el diario, el testigo denunció
ante los diplomáticos alemanes la existencia de un "arsenal
considerable" en la colonia, así como de "una gran cochera subterránea
con una serie de automóviles de personas que desaparecieron con el
correr del tiempo".
El diplomático germano deduce del
testimonio que el exmiembro de Colonia Dignidad sufría una gran presión
por el hecho de que su familia aún permaneciese en el asentamiento y de
que "este asunto sigue ocupando a ciertos círculos".
"Por ello debemos intentar por todas las
vías que se castiguen los crímenes contra ciudadanos alemanes para que
no se nos pueda acusar de omisión", urge el informe del que se hace eco
el diario germano.
Pese a que el entonces ministro del
Exterior alemán, el recientemente fallecido Hans-Dietrich Genscher,
reaccionó al parecer enfurecido por lo que ocurría y prometió tomar
cartas en el asunto personalmente, un subsecretario explicó en un
despacho que la embajada no había podido "constatar en charlas
personales en ningún caso que ciudadanos alemanes estuviesen siendo
retenidos contra su voluntad en CD".
"El compendio de documentos confirma el
cargo de conciencia y ofrece información ya conocida. Alemania y Chile
sabían desde hace décadas mucho sobre este crimen gigantesco e hicieron
poco, algunos políticos y especialmente militares lo celebraron. La
Justicia actuó con similar lentitud", concluye el periódico.
La Colonia Dignidad, hoy rebautizada
como Villa Baviera, está ubicada unos 350 kilómetros al sur de Santiago y
fue fundada a principios de la década de 1960 por colonos alemanes.
Su líder, Paul Schaefer, transformó al
grupo en una secta y durante la dictadura operó como un centro de
detención ilegal, torturas y desaparición de personas, depósito de armas
y reducto de trabajo infantil esclavo.
Schaefer fue condenado por la Justicia
chilena a 33 años de prisión por los delitos de homicidio calificado,
torturas y abusos sexuales de menores y falleció en 2010 en una cárcel
chilena.
Las víctimas de la Colonia demandaron el
"esclarecimiento total del comportamiento de la diplomacia alemana
durante la dictadura militar y el pago de indemnizaciones".
Además pidieron que Hartmut Hopp, el
médico y mano derecha de Schaefer, que desde 2011 vive en libertad en la
ciudad alemana de Krefeld, cumpla en prisión la condena de cinco años a
la que fue sentenciado en ausencia por la Justicia chilena por abuso
sexual de menores.
por: DPA