Ideólogo cuestiona sus "frases al viento".
"El error fue su columna en El Mercurio (...) Debió decir pido disculpas", dice.
Probablemente esto va a acelerar el proceso de cambio generacional".
Probablemente esto va a acelerar el proceso de cambio generacional".
La semana pasada, el analista y consejero independiente de Chile Vamos, Pablo Ortúzar, criticó los vínculos del ex timonel UDI Pablo Longueira con SQM en una columna en La Tercera. Ayer, se sumaron los presidentes de Evópoli, Felipe Kast, y de RN, Cristián Monckeberg. Y esta mañana, uno de los ideólogos del nuevo bloque opositor —director del Instituto de Humanidades de la UDP y ex militante UDI—, Hugo Eduardo Herrera, aseguró que la actitud con que el exsenador ha encarado el tema fue errónea.
—¿Qué consecuencias tienen para la UDI los problemas de Longueira?
—Probablemente esto va a acelerar el proceso de cambio generacional, en la medida que un liderazgo importante queda comprometido y mientras no se aclare lo que sucedió. Veo la renovación más en las generaciones nuevas.
—¿En el diputado Jaime Bellolio, por ejemplo?
—Creo que Jaime Bellolio es una persona que se da cuenta y, más allá de esta crisis puntual, de la importancia de una renovación generacional, de cambiar las prácticas. Tiene claro el problema de que la derecha está sin relato. Y eso es algo que lo pone muy por encima de la media de su partido.
—¿Esto derriba la imagen de "gran negociador" de Longueira? ¿Se cae la figura del altar?
—Longueira desde el momento en que abdica de su candidatura presidencial se retira de la política, sin perjuicio que igual ha jugado papeles de negociador tras bambalinas, pero su papel de liderazgo dentro de la política activa lo había dejado. Sin duda que tiene apoyo en la UDI, pero ya con esto y mientras no se aclare, no sé si será culpable o inocente, es difícil pensarlo en un rol más activo.
—¿El silencio aumenta más la crisis?
—El silencio es una estrategia para capear las crisis también, el primer error lo cometió Longueira. Yo, y creo que la gente también, estábamos acostumbrados a un Longueira que tenía un estándar ético alto. El error fue su columna en El Mercurio, que era una cosa de frases al viento y cosas muy de buena crianza.
—¿Qué debió hacer?
—Longueira debió decir "pido disculpas". Explicar que esto lo hacían todos, que era el modus operandi, pero que estaba mal y "ahora nos damos cuenta, pido perdón y doy un paso al costado por ahora, mientras no se aclare el asunto judicial". Pero, en vez de eso, hizo como un alegato moral. Se expuso al peor de los escenarios.
—¿Esto lo sepultó políticamente?
—En política es difícil decir que hay algo que entierre a alguien. Si uno quisiera mandar gente a la tumba, la clase política se fue a la tumba. Hay que esperar cómo decanta este escenario de crisis general, que debería ir hacia una renovación generacional, pero por ahora es difícil decir que alguien se jubila con esto. Probablemente le va a costar salir.
—¿Ese recambio generacional significa una directiva con jóvenes no empañados con malas prácticas y no tan apegados al discurso de Jaime Guzmán?
—No vincularía tanto. También hay gente joven que estuvo en malas prácticas y que tiene el viejo discurso. Y de la generación antigua hay gente que es más flexible, que se da cuenta que hay una crisis. Edmundo Eluchans o el mismo Andrés Chadwick son tipos que se dan cuenta que hay un problema de discurso en la derecha, en la UDI, y que hay que renovar liderazgos. De la generación joven también conozco gente muy pro libertad sin matices, y ese es el viejo discurso Chicago-gremialista. Es difícil el contraste.
Por Maximiliano Arce y Sebastián Minay