Siempre que las aulas cierran durante los períodos vacacionales padres y profesores comparten un temor: que los estudiantes olviden gran parte
de lo aprendido durante lo que llevan de curso y al volver a las aulas haya que recomenzar en algunas asignaturas.
No es un temor carente de base. De todos es sabido que la capacidad de aprender también puede estimularse y acrecentarse al ejercerla y disminuirse al no utilizarla. Si durante los periodos vacacionales los niños están por completo separados de las materias de estudio, su regreso a clase será más duro.
Los profesores suelen dedicar las primeras clases tras el retorno a refrescar los últimos conocimientos adquiridos, pero lo apretado del calendario escolar impide dedicar a los repasos todo el tiempo que sería deseable. De ello salen perjudicados muchos niños, especialmente los más rezagados y quienes más dificultades de aprendizaje presentan.
En ocasiones, basta una mala racha para torcer el curso lectivo de un niño. Si durante unos días se siente incapaz de seguir el ritmo lectivo, puede entrar en una profunda fase de desmotivación que le lleve a no estudiar y marque el curso escolar y, a la larga, su infancia.
Por lo tanto, el repaso de lo aprendido se convierte en un excelente método para hacer frente al fracaso escolar.
Nuevos métodos de repaso basados en los juegos.
Muchas voces autorizadas están avisando de la necesidad de que la tecnología adquiera mayor protagonismo en la enseñanza. En este sentido, las tecnologías actuales permiten un acercamiento a las materias de estudio desde un punto de vista mucho más entretenido.
Pero esto no se refiere solo a la presencia de juegos educativos, sino a algo más complejo como utilizar recursos y estructuras propias de los juegos en el proceso educativo. Es lo que se denomina como "gamificación".
El repaso escolar durante las vacaciones también puede beneficiarse del uso de las tecnologías punteras. Nuestros hijos tienen a su alcance aplicaciones para dispositivos móviles que facilitan este tipo de repaso e incluso la adquisición de nuevos conocimientos.
Cada vez hay más juegos educativos que se pueden utilizar para repasar una gran variedad de conocimientos. Los centros de enseñanza pueden utilizar estos recursos para evitar que las vacaciones se conviertan en un paréntesis que afecte al curso.
Los niños suelen ser muy receptivos al uso de este tipo de herramientas, pues jugar es una actividad para la que siempre tienen buena disposición. Además, desde que son pequeños la tecnología está muy presente en su día a día y les resulta muy fácil utilizarla, pues aprenden de forma natural a interactuar con ella.
Los jóvenes perciben el uso de estas herramientas como un modo de hacer la educación más divertida y de combatir la rutina estudiantil, que es uno de las principales causas de un bajo rendimiento estudiantil. Los niños que no están motivados no aprovechan todo su potencial para el aprendizaje.
La tecnología permite además un excelente grado de interconexión entre los estudiantes, promoviendo así el espíritu de grupo y el trabajo en equipo sin socavar la autoridad del profesorado o el control que los adultos (no solo docentes sino también los padres) pueden mantener sobre los alumnos.
Estos recursos proporcionan también la posibilidad de que el niño se autoevalúe y se corrija a sí mismo, pudiendo llevar a cabo los ejercicios necesarios tantas veces como requiera para repasar adecuadamente las asignaturas.
Cuantas más dificultades le presente al niño una materia concreta, más necesita repasar y más útiles pueden ser las tecnologías que se lo permitan sin obligar al profesor a dejar de dedicar tiempo a otros alumnos ni a los padres a contratar profesores particulares.
Las vacaciones son un momento para descansar y divertirse. Combinar el repaso con el juego ayuda a que los niños se mantengan al día sin necesidad de pasar horas sentados frente a una mesa, pensando en lo qué harán cuando puedan salir a jugar. Si el aprendizaje se convierte en algo ameno, no será necesario insistirles para que quieran estudiar.
Por María José Madarnás, editora de Maternidad Fácil.