Las celebraciones dieciocheras dejaron una serie de
actividades que deben ser evaluadas por
quienes son los encargados de proponer y
evaluar lo que se hace.
Dentro de las diversas actividades propias de la celebración
está el desfile, o los desfiles itinerantes, que han venido proponiéndose en la
actual administración alcaldicia. También debe evaluarse, sin dudas, la
concentración de las actividades en el recinto Medialuna, desfile, ramadas,
cocinerías, juegos populares, escenario artístico, rodeo, domaduras… entre
otras actividades.
Si bien las evaluaciones respectivas deben hacerse por parte
de los organizadores, también es evidente que las evaluaciones deben ser hechas
por la ciudadanía . Dentro de este plano entonces surge la necesidad de
entregar opinión respecto de lo vivenciado.
Una de las cuestiones que llamaron la atención durante el
desarrollo de las actividades festivas, está la insistencia por parte de las
autoridades de la entrega de corderos como premios. Esta forma “tradicional” de premiación,
propia de una comuna rural como la nuestra, debe ser evaluada en su verdadera
dimensión.
“El desarrollo de una sociedad puede ser medido por la forma
en que esta trata a sus animales”… frase que se atribuye a Gandhi. Efectivamente
el maltrato al que son expuestos estos animales, da cuenta de una cultura que
lo permite. Cabe hacer mención que hasta ahora los animalistas no han
manifestado opinión respecto del tema.
Los animales, en este caso los corderos, son amarrados y
expuestos al sol y a un ruido incesante, además del maltrato físico, siendo
exhibidos como trofeos de guerra, de
competencias que suponen un valor tradicional.
Las autoridades locales siguen insistiendo en esta forma de
premiación bastante cercana al maltrato animal y vecina a la barbarie, para qué decir de lo cercano que resulta a la excesiva ingesta de alcohol en actividades
deportivas. Será posible revisar estas actividades y su premiación desde una
mirada más cercana a nuestros tiempos o no estamos dispuestos a avanzar en
estas materias referidas al trato de los animales. Tarea pendiente sin dudas,
que debe incluir dentro del análisis al propio rodeo y domaduras que exponen a
los animales a un trato inhumano, que hasta ahora se viste de “tradición y
chilenidad”.