El ministro Mario
Carroza ordenó que los ex uniformados quedaran detenidos por su responsabilidad
en la muerte de Rodrigo Rojas.
Después de tres
días de interrogatorios y careos, el ministro de la Corte de Apelaciones de
Santiago, Mario Carroza, sometió ayer a proceso a siete militares en retiro.
Se trata de Luis
Zúñiga, Francisco Vásquez, Julio Castañer, Iván Figueroa, Nelson Medina y Jorge
Astengo por homicidio calificado, además de Sergio Hernández en calidad de
cómplice.
Todos ellos son
responsables, según el ministro en visita extraordinaria para causas por
violaciones a los derechos humanos, de la muerte de Rodrigo Rojas de Negri y
del homicidio frustrado de Carmen Gloria Quintana.
Ambos jóvenes
fueron atacados por los militares, entonces activos, durante una jornada de
manifestaciones el 2 de julio de 1986, en la comuna de Estación Central, en el
denominado Caso Quemados.
"Los
antecedentes que permiten tomar esta decisión están consignados en una
resolución que después se entregará, esa es la información que ahora puedo
darles", dijo ayer el magistrado tras anunciar su decisión.
Agregó que por ser
ex militares y porque los delitos que cometieron se enmarcan en la justicia
antigua "serán trasladados a una unidad militar hasta que se decida otra
cosa". Puntualmente al Batallón de Policía Militar de Peñalolén, donde
todos quedaron en prisión preventiva.
Carroza adelantó
que la próxima semana continuará con las diligencias del caso, las que incluyen
la toma de declaración de los 17 ex conscriptos que estaban en el lugar cuando
se produjo el ataque.
Además, el
magistrado dijo que no descartaba llamar a declarar al general (r) Santiago
Sinclair, quien fue miembro de la Junta Militar, vicecomandante en jefe del
Ejército y senador designado.
Pacto de silencio
El caso se reabrió
luego de que el ex conscripto Fernando Guzmán —quien en 1986 estuvo en el lugar
del incidente— rompiera el pacto de silencio que le habría impuesto el
Ejército.
Según su
declaración del 14 de noviembre de 2014, el ex conscripto reconoció que "a
cambio de nuestro silencio, la institución nos proveyó de permisos y dinero,
como una manera de continuar con esta mentira y mantenernos callados".
En su testimonio,
Guzmán reveló que el fuego con que fueron quemados Rojas y Quintana "lo
inició el teniente Castañer con un encendedor. Ambos se prendieron
inmediatamente".
Tras la resolución
adoptada por Carroza, la madre de Rodrigo Rojas, Verónica De Negri, instó a la
Presidenta Bachelet a tener un "mayor compromiso político para cerrar
Punta Peuco y terminar con los privilegios de los militares que cometieron
delitos de lesa humanidad".
Por Fernando Duarte
M.