Bachelet en El
Vaticano:
Cuando hablamos de
proceso constituyente, hemos hablado de que no sea una discusión de una
elite".
El conoce en
detalle y entiende el sentido profundo de las transformaciones que
queremos".
Todo el entorno
diplomático estuvo atento a las 10:30 AM, hora programada en la Ciudad del
Vaticano —5:50 de la mañana en Chile— para el esperado primer encuentro entre
el Papa Francisco y la Presidenta Michelle Bachelet, en la biblioteca privada
del Palacio Pontificio.
Mientras la mayoría
de la prensa esperaba en el silencio sacro del patio de San Dámaso, sólo
interrumpido por los graznidos de las gaviotas, la Presidenta estuvo 47 minutos
reunida con el Sumo Pontífice, tiempo que sorprendió a la delegación ya que es
considerada como una de las más largas junto a la del cubano Raúl Castro y el
presidente estadounidense Barack Obama, con 55 minutos.
Las expectativas
sobre lo que ambos abordarían en el encuentro eran varias. Primero, la agenda
valórica, en especial el proyecto del gobierno sobre aborto terapéutico. Y
luego, la demanda marítima que interpuso Bolivia contra Chile en La Haya, tema
en el cual El Vaticano ha insistido en que mantendrá neutralidad.
Nadie de la
comitiva dio muchas luces sobre lo tratado. La versión oficial corrió por
cuenta de la propia Mandataria, quien repitió dos veces que "fue una
reunión espléndida".
Según ella, el Papa
está "muy informado y al tanto de todo", calificándolo como un
"gran apoyador de los procesos de cambio que está viviendo nuestro
país".
"El ha sido
extraordinariamente cariñoso, informado y, en ese sentido, apoyador de todo
proceso que permita hacer de Chile una patria más justa", dijo.
"Hablamos de
la crisis de confianza y la crisis de representatividad. Y que todos quienes
tenemos un rol en la política y en lo moral podemos hacer que el valor de lo
colectivo sea un valor importante".
Apuntando que aún
no hay una fecha específica para su visita a Chile, Bachelet dijo que hablaron
de diversos temas donde hubo espacio para "reflexionar e intercambiar
opiniones".
La Presidenta explicó
que una de las materias conversadas con el Sumo Pontífice fue el proceso de
reformas que impulsa el Gobierno. "Hemos intercambiado reflexiones de lo
que estamos haciendo en Chile y que él conoce en detalle y entiende el sentido
profundo de las transformaciones que queremos para que cada uno de nuestros
habitantes pueda vivir una vida mejor", dijo.
Además, la Jefa de
Estado se refirió a los alcances de la reunión que sostuvo con el Secretario de
Estado Vaticano, Pietro Parolin, y el Secretario para las Relaciones con los
Estados, Paul Gallagher. En esta última, explicó la Mandataria, se abordaron
materias como la Nueva Constitución y el interés que tiene la iglesia de
participar en el proceso. "Las Iglesias puedan dar a conocer su
percepción, su perspectiva, cosa que sin duda yo le he asegurado, porque
justamente cuando hablamos de un proceso constituyente, hemos hablado de que
participen los distintos estamentos, los distintos sectores de la población y
que ésta no sea una discusión de unos pocos, de una elite, dejando fuera a
sectores muy importantes que creemos que tienen que ser considerados",
subrayó.
Embajadora:
"El Papa la admira mucho"
La embajadora de
Chile en El Vaticano, Mónica Jiménez, aseguró que "fue una conversación
muy serena, muy tranquila, donde el Santo Padre en el fondo estuvo con una de
las presidentas que él admira. Yo sé que la estima mucho, que la admira, que
considera que está haciendo bien las cosas. El sabe todas las dificultades por
las que la Presidenta está pasando y creo que por eso mismo fue como un
padre".
Protocolo
Sin velo en la
audiencia papal
Un libro sobre las
iglesias al sur del mundo y un rosario de lapislázuli fueron parte de los
regalos que Bachelet obsequió al Santo Padre.
En cuanto al
protocolo, todos los hombres debían vestir tenidas formales de colores oscuros,
tal como lo hizo el CPC Alberto Salas, el presidente del Senado Patricio
Walker, su par de la Cámara, Marco Antonio Núñez, el supremo Sergio Muñoz, los
senadores Francisco Chahuán y Juan Antonio Coloma, y el canciller Heraldo
Muñoz. Las mujeres, en tanto, debían vestir de manera "sobria":
enteras de color negro sin siquiera mostrar los hombros y las rodillas.
Llamó la atención
que ni la Mandataria ni el resto de la comitiva femenina usara velo. Ello
obedece a que la norma sólo es obligatoria para las católicas y ahora el
Vaticano es más tolerante.
por Maximiliano
Arce desde Roma, Italia