En la casa
particular que se vio afectada pusieron una foto de la Virgen en la ventana, en
señal de protesta contra los metodistas.
Pero lo que pudiera
haberse restringido a un conflicto estrictamente vecinal, hoy sus aristas y
alcances ya han sido discutidos en el municipio, en la Seremi de Salud, en el
Juzgado de Policía Local, en Carabineros, en la Contraloría General, en el
Juzgado de Garantía de Bulnes y hasta en la Corte de Apelaciones de Chillán.
Es más, la causa
está a punto de ser parte de la historia judicial de la provincia, porque por
primera vez, desde la vigencia del sistema procesal penal actual, una denuncia
en contra de carabineros por falsificación de documentación en el contexto de
esa disputa, será dirimida en un juzgado civil y no en un tribunal militar, lo
que puede sentar una jurisprudencia fundamental para el futuro.
Y todo partió a
mediados de los 90, cuando los integrantes del templo metodista, quienes habían
adquirido esa propiedad de unos 30 metros de largo por unos seis de ancho, se
propusieron hacer crecer el lugar, no solo en número de feligreses, sino de
metros cuadrados construidos.
“Y entonces
comenzaron a cometer una serie de irregularidades como el tratar de instalar
baños con fosas sépticas al interior del sitio, el ampliarse hacia los costados
sin permiso municipal y abrir ventanas en los costados, justo hacia el patio de
la vivienda de mis representados, por lo que el ruido que hacían con sus
cantos, gritos y otras manifestaciones típicas de ellos, resonaban todas las
tardes a la casa de ellos”, explicó el abogado Rodrigo Vera Lama, quien fue
contratado por la familia afectada.
La historia habla
que don Luis Romero, el ya fallecido dueño de la casa vecina al templo dio los
primeros pasos para solucionar vía diálogo, evitar los problemas que la
expansión estructural le ocasionaba a su vivienda de adobe, la que de hecho
exhibe forados de casi un metro por 70 centímetros y uno de los dormitorios se
hizo inevitable por la humedad.
“Pero nosotros lo
escuchamos y tratamos de solucionar los problemas, luego de eso don Luis nunca
más nos presentó ninguna queja y por cierto, tampoco ningún otro vecino se ha
quejado porque hagamos nuestros cultos o porque cantemos”, relativizó el pastor
de la iglesia, Iván Moraga, quien confesó, que “la verdad no entendemos por qué
esta mala disposición de la familia de don Luis hacia todo lo que hacemos. No
nos queda más que pensar que es solo porque somos evangélicos”.
Pese a lo anterior,
los del templo dieron un nuevo paso hacia lo técnicamente irregular y en 2012
construyeron un segundo piso, el que incluso excede en centímetros el mismo
muro de la casa de los Romero, de hecho los albañiles tuvieron que cortar parte
de la canaleta vecina para terminar los muros del lugar de congregación.
En la iglesia
aseguran que trataron de conversar con los herederos de la casa, “pero nunca
quisieron aceptar la mediación de nadie, ni la del alcalde que se ofreció a
conversar el tema con ellos”.
Y habría sido en
uno de estos intentos que alguna frase desafortunada desató la molestia de
Teresa Romero y su esposo, José Antonio Eyzaguirre, quienes en señal de
protesta instalaron una foto de la Virgen en el frontis de la casa, en el
entendido de que el mundo evangélico desconoce absolutamente la condición
divina de la madre de Cristo.
“Sí, realmente fue
una manera de hacer una suerte de protesta pacífica en contra de ellos, porque
no tengo problemas con que sean evangélicos, si de hecho tengo tíos que lo son,
pero nosotros los cristianos y en especial los marianos, buscamos a Dios en la
oración, en la meditación y en el silencio por lo que no molestamos a nadie, en
cambio ellos, son ruidosos, hemos escuchado gente a la que pareciera que le
hubiesen estado haciendo un exorcismo de tanto que gritaban y hace unos años
hasta se pusieron con una escuela de rock cristiano, entonces eran tardes
enteras con la batería sonando en el living de tu casa”, acusó Eyzaguirre.
El polémico informe
falso
Vecinos neutrales
al conflicto solo miran con curiosidad el hecho y aseguran que los Romero
“aburrieron” a los carabineros de tanto llamarlos.
Si llegó a
inspeccionar el lugar el personal de la Seremi de Salud, quienes constataron la
humedad insalubre del dormitorio afectado por la ampliación; personal de la
inspección de Obras quienes clausuraron el templo hasta que no regularizaran
sus ampliaciones y ordenaron la demolición del segundo piso en la parte
colindante a la casa de los Romero.
Y es aquí donde el
lío salpicó a la Prefectura de Carabineros de Ñuble.
Tras una serie de
denuncias, la Corte de Apelaciones ordenó a carabineros de Bulnes hacer un
informe de la situación estructural, lo que se le ordenó al suboficial Víctor
Soto. En su escrito, el uniformado asegura que entre la casa y el templo hay
una distancia de 60 centímetros, razón por lo que la Corte desestimó las quejas
de los Romero.
Sin embargo, ese
informe “es falso y basta con ir a ver el lugar para darse cuenta de que no hay
espacio alguno. El problema, es que este documento lo firma el comisario de
Bulnes y el prefecto de Ñuble”, acusó el abogado Vera Lama, quien se querelló
en contra de ambos y pese a que en primera instancia, la jueza del tribunal de
Garantía ordenó que el caso lo revisara la Fiscalía Militar, la Corte ordenó
que se cursara vía juicio civil, siendo esta la primera vez en Ñuble que un
delito de carabineros será investigado por el Ministerio Público.
fuente:ladiscusion.cl