El padre Jaime Villegas fue uno
de los religiosos que declararon en el juicio del homicidio del cura Fernández.
Obispado confirmó que este mes
inició investigación por acusaciones que involucran a otros siete religiosos.
Las repercusiones de la denuncia
de actos de homosexualidad entre sacerdotes y jóvenes vulnerables, publicada
por LA DISCUSIÓN, tras el juicio oral por el homicidio del sacerdote Carlos
Fernández Fletá, celebrado en diciembre de 2013, comenzaron ya a concretarse.
Esto porque Gendarmería Regional
confirmó la renuncia de quien fuera capellán de la cárcel de Chillán por varios
años, Jaime Villegas, precisamente uno de los religiosos que fueron citados a
declarar en el juicio y que tras ser interrogado por la defensa del acusado
(Elías Cartes Parra) quien terminó absuelto por unanimidad, debió reconocer
que le pagaba a uno de los vecinos de su
barrio para que tuviera relaciones sexuales con él, mismo vecino que por lo
demás reconoció en el estrado haber intimado con el asesinado sacerdote
diocesano.
Pero además, y tal como citara
The Clinic en su edición del 30 de enero, el cura Villegas admitió que varios
de los reos con los que se relacionaba en la cárcel, solían ir a su casa para
solicitarle recomendaciones para conseguir empleo y que con cervezas “perdía
los quilates” rápidamente y que por eso con ellos “llegábamos a los besos, pero
jamás tuvimos relaciones sexuales”, como dijera en las audiencias.
Sería precisamente la publicación
de su nombre en el periódico santiaguino y las citas textuales que habría dicho
en el Tribunal Oral en lo Penal de Chillán, lo que lo habría llevado a tomar la
decisión de renunciar como capellán de la institución castrense, por tratarse
de “una situación demasiado incómoda para todos”, se explicó.
Además, según las declaraciones
que Villegas hizo a la PDI, él buscaba amistades íntimas sólo con internos de
corta estadía a quienes seducía luego de pedirles que lo acompañaran a asear la
capilla, aunque aclaró que sólo se trataba de besos, negando absolutamente otro
tipo de acercamientos.
Villegas fue uno de los 8 -de los
16 sacerdotes de Ñuble- que fueron entrevistados por la Brigada de Homicidios
de la PDI que admitieron mantener relaciones sexuales ocasionales con jóvenes
de estratos sociales bajos. De ellos, siete ofician en Chillán y uno en Bulnes,
ciudad en cuya parroquia, apenas un día después de publicado el reportaje de
denuncia en nuestro medio, sufrió las roturas de varios vidrios por parte de un
joven, quien -según vecinos del sector que despertaron por el ruido a
medianoche- gritaba groserías en contra del capellán local por haberle “cagado
la vida”, según relataran reporteros de esa comuna a nuestro medio.
Obispado inició la investigación
Ese mismo mes de diciembre, el
obispo de Chillán, Carlos Pellegrin, dijo a nuestro medio que si por un lado la
noticia lo tomaba por sorpresa, por otro aseguró que comenzaría una
investigación interna para esclarecer los hechos y que de haber razones con los
méritos suficientes tomaría medidas que podrían llegar a la suspensión de
alguno de ellos.
Y si los resultados de esa
investigación no estaban a la vista, es porque las indagaciones estaban
planificadas para ser iniciadas en febrero de este año.
Conforme a lo manifestado por el
Departamento de Comunicaciones del Obispado local, las investigaciones ya
comenzaron, sin embargo aún no se ha informado si Villegas, quien ya habría
confesado sus actividades, será o no sancionado.
Fuente: ladiscusion.cl