SAN CARLOS.- (Mario San Martín Aliaga) Aún cuando hace dos años que efectivamente la Universidad La Republica dejó de funcionar en esta ciudad, actividad educacional para lo cual el municipio le facilitó en comodato terrenos municipales, no ha sido posible que se restituya al municipio la propiedad que aun mantienen personeros que representan a la citada universidad.
Inicialmente la municipalidad entregó en comodato el complejo deportivo (estadio) y el parque-laguna “Quirel” a la ULARE, entidad que tras una severa crisis económica dejó de funcionar en San Carlos el año 2008. Si bien el municipio ha recuperado parte de estas propiedades ha debido seguir pagando contribuciones por el retazo de terreno donde están las instalaciones.Inicialmente se hizo llegar el 2009 un cheque por 600 mil pesos para la cancelación de todo lo atrasado en contribuciones que superaba los 16 millones de pesos, pero, posteriormente no hubo ninguna otra cancelación. Durante el año 2009 el Municipio canceló contribuciones, que debía pagar la ULARE, por un monto aproximado de 18 millones 500 mil pesos, ahora en la primera cuota ya ha cancelado cerca de 500 mil pesos.
APARECIENCIA DE NORMALIDAD
APARECIENCIA DE NORMALIDAD
En los últimos días se efectuó un cursillo en las dependencias de la ex – sede y se publicitó en el diario local como actividad de la universidad, la publicación de una pagina con fotografias, da a entender que esta funciona normalmente. En su sitio WEB la universidad publicita como sede a San Carlos y sin embargo no siquiera los pagos de contribución se cumplen, debiendo hacerlo el municipio.
LENTO TRAMITE JUDICIAL
El edil ha dicho públicamente que ha conversado con el asesor jurídico de la Municipalidad, José González a quien instruyó que buscara la fórmula de apurar los trámites judiciales para recuperar la propiedad que aun mantiene la citada universidad. El Alcalde Gebrie ha reconocido que la actual administración de la ULARE debe dinero por concepto de contribuciones al fisco y sabe también que han realizado actividades, como un reciente cursillo que busca mostrar que la sede universitaria esta vigente. Gebrie ha señalado que “no pierde las esperanzas de terminar luego con la relación contractual” o sea con un comodato que, se ha prolongado inexplicablemente.
CONSTRUCCIONES
MASONERIA NO TUVO INJERENCIA
La primera en deslindar responsabilidad, tras la crisis, fue la Masonería, cuyo vocero en su momento señaló que, además de lo lamentable de la situación y de los costos que pagaron los actores involucrados en el suceso, la imagen de la Masonería también se vio comprometida y cuestionada. Esto porque quien dirigía la institución y era rector de la citada universidad, habría firmado documentos, comprometiendo a la institución que nunca tuvo ningún tipo de injerencia en el actuar de la universidad.
La primera en deslindar responsabilidad, tras la crisis, fue la Masonería, cuyo vocero en su momento señaló que, además de lo lamentable de la situación y de los costos que pagaron los actores involucrados en el suceso, la imagen de la Masonería también se vio comprometida y cuestionada. Esto porque quien dirigía la institución y era rector de la citada universidad, habría firmado documentos, comprometiendo a la institución que nunca tuvo ningún tipo de injerencia en el actuar de la universidad.
AFECTADOS EN SAN CARLOS
La comunidad de San Carlos se vio afectada por las familias cuyos hijos estudiaron allí, y además, esta universidad que está hoy en manos del empresario, Gabriel Ramírez Pérez, arrendó un departamento, de los portales del barrio estación al empresario Manuel Acuña, donde funcionaba la carrera de enfermería dejando una deuda cercana a los 11 millones de pesos.
La comunidad de San Carlos se vio afectada por las familias cuyos hijos estudiaron allí, y además, esta universidad que está hoy en manos del empresario, Gabriel Ramírez Pérez, arrendó un departamento, de los portales del barrio estación al empresario Manuel Acuña, donde funcionaba la carrera de enfermería dejando una deuda cercana a los 11 millones de pesos.
Actualmente el recinto que está, al interior del estadio, es cuidado por un administrador y dos funcionarios quienes mantienen las dependencias.