COVID-19: RESPONSABILIDAD COMPARTIDA.


Hoy en día, parece normal responsabilizar al estado por todos los hechos negativos que ocurren a diario, sin responsabilizarnos por nuestros malos actos (incumplimiento de normas). Un claro ejemplo es el aumento de casos positivos por COVID-19, particularmente durante este mes de febrero.

Dentro de estos dos años de pandemia, prácticamente la totalidad de la población nacional, ya conoce las normas sanitarias para evitar la propagación del virus y disminuir probabilidades de contraerlo.

Ante ello, aprovecho de realizar la siguiente pregunta ética: ¿Respeta el general de la población, las instrucciones que entrega el ministerio de salud, acorde al plan paso a paso y el autocuidado al pie de la letra? Posterior a esta interrogante, parece ser que la responsabilidad es compartida, donde nosotros ya fuimos educados para mantener un hábito constante sobre el cuidado personal y el de nuestro entorno.

Si lleváramos esta comparativa a una relación amorosa, el amor no sería recíproco. Mientras una parte cultiva la relación (salud), la otra parte se confía de ello y se relaja (población), no aportando a la misma.

Hemos tenido un sistema de vacunación envidiado por muchos países a nivel mundial. Claramente, lo que nos ha fallado es nuestra falta de disciplina, falta de empatía (individualismo) y no cumplir nuestra responsabilidad como ciudadanos en este tema (alto porcentaje de los casos).

La disciplina es y será siempre uno de los pilares para el cumplimiento de objetivos (éxito), aquello debe ponerse en práctica a la brevedad, y obtendremos los resultados esperados, y ¿Por qué no erradicar el COVID-19?


Jorge Carrillo

Nutricionista

Diplomado en Liderazgo Social

Candidato a Mg. Dirección Organizaciones de la Salud


Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

World News

نموذج الاتصال