By Eduardo Luengo E. Julio 12, 2019 Es un hecho que el país atraviesa tiempos difíciles, como resultado de una baja en la actividad económica que tiene diversas causas y orígenes.
La macroeconomía nos dice que este año el país crecerá menos de lo esperado y esto se traduce en que muchas empresas y emprendimientos sufrirán los efectos de una menor actividad económica.
Pero el que la actividad económica crecerá menos este año no puede entenderse como que a todas las empresas y actividades económicas les irá mal y crecerán menos. El crecimiento de la actividad económica medido a través del Producto Interno Bruto (PIB) es el resultado de empresas que crecen, otras que se mantienen y otras que definitivamente no crecen y ven complicada su existencia futura.
Tomar las medidas oportunamente puede hacer la diferencia de pasar a formar parte de la estadística que dará cuenta de las que decrecieron o desaparecieron en este ciclo o de las que cruzaron exitosamente la tormenta que representa una economía a la baja.
En épocas de vacas flacas las empresas deben ajustar sus planes y tomar decisiones que les permitan minimizar los efectos negativos de una menor actividad económica. Para tomar las decisiones correctas es necesario diagnosticar los efectos que tendrá la menor actividad en la estrategia de negocios de la empresa. Conociendo cómo y dónde la estrategia se ve afectada se podrá saber con claridad dónde hay que hacer los ajustes y modificaciones para enfrentar la nueva situación.
Las empresas que están mejor preparadas para los momentos económicos difíciles son aquellas que mantienen un sano equilibrio en todas sus áreas de actividad. Las áreas de venta, producción, administración y finanzas, recursos humanos, etc., deben estar perfectamente alineadas con la estrategia y cuando esta se ajusta a la nueva situación, lo más probable es que se tengan que hacer ajustes en otras áreas relacionadas.
Para superar los tiempos difíciles, crecer y perdurar en el tiempo, las empresas tienen que construir con base en su estrategia, una estructura con procesos coordinados, perfectamente sincronizados en todas sus áreas conformando un mecanismo flexible a prueba de fallas y detenciones que afecten su eficiencia y competitividad, respondiendo oportunamente al desafío que representa una actividad económica más lenta.
EDUARDO LUENGO E.
Ingeniero Comercial Universidad de Chile
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