El ex-senador Mariano Ruiz-Esquide

"Hay dos tipos de viudez difíciles para el hombre: la de su esposa y la pérdida de poder"

Hace tres años perdió a su mujer y hace dos dejó el Senado. Ahora comenzó a leer los libros apilados los 24 años que estuvo en la Cámara Alta.
Aunque en marzo del 2014 dejó el Senado, Mariano Ruiz-Esquide Jara (85 años) suele visitar la sede de la corporación que está en calle Morandé, en pleno centro. Para esta entrevista, sin embargo, llevaba más de tres meses sin ir y cuando llega al lugar los funcionarios que están en las oficinas corren a abrazarlo. "Salud y revolución" grita por los pasillos, mientras algunos de los trabajadores le preguntan por qué estaba tan "perdido" y Mariano responde que una fractura en el fémur lo tuvo parado tres meses. "Me veo más elegante, ¿verdad?", dice entre risas y cuenta que tiene que usar bastón porque en julio se cayó a la entrada de un hotel de Chillán. En todo caso, asegura que está listo para volver a las reuniones del consejo nacional y retomar las charlas que junto a la JDC hace en universidades.
Pero Mariano, como le gusta que lo llamen, reconoce que no es lo mismo desde que abandonó el Congreso. Extraña la "adrenalina" del poder que ejerció representando a la circunscripción 13, Bío Bío-Cordillera, por 24 años.
Sigue siendo un "admirador" de las mujeres y así se lo declara a cada una de las funcionarias que lo saludan a su paso, a las que abraza y da un sonoro beso en la mejilla. "El otro día me llamó una señora para decirme que había soñado conmigo y yo le pregunté ¿todavía sueñas conmigo?, pero ella me respondió; ¡no de esa manera Mariano". Larga una carcajada.
—¿Cómo es su rutina ahora que está fuera del poder?
—No tenía nada preparado cuando me retiré, pero estoy haciendo varias cosas de manera permanente, como participar en el consejo nacional del partido, donde fui la cuarta mayoría de los 18 que resultaron ganadores. Además, jueves por medio voy al grupo de los "Cardenales" (que reúne a históricos militantes DC, como Patricio Aylwin). También, en menor escala, asisto junto a muchachos de la JDC a charlas en distintas universidades que se interrumpieron porque me quebré el fémur, pero espero reponerlas. Y también voy como invitado a la comisión de Salud del Senado, con pleno derecho a opinar, solo que no puedo votar...
—¿Y cómo es su día cuando no tiene ninguna actividad pública?
—Vivo en Viña del Mar con mi hija Carmen Gloria, que es abogada. Normalmente trabajo en la mañana, pero tarde porque como me quebré el fémur tomo unos remedios que me dan mucho sueño, así que me levanto como a las 11, pero me duermo pasadas las 12 porque siempre me gustó trabajar de noche.
—Duerme mucho entonces.
—Sí, pero muy bien, lo que significa que tengo tranquilidad de conciencia (vuelve a reír). Algunos me dicen que tenga cuidado con eso porque los psiquiatras creen que esa tranquilidad es sinónimo de tener un problema de memoria.
"Estoy en el período de aceptación"
Con 30 años recién cumplidos, Ruiz-Esquide salió electo concejal por Talcahuano y de ahí en adelante no paró. Hizo dos campañas a concejal, tres a diputado y en total estuvo 24 años en el Senado, donde además de hacer política logró "formar un mundo de amistad".
—¿Ha sido muy duro dejar eso?
—Sí, ha sido duro, pero ha ido pasando. Después de 50 años en política uno se acostumbra a la tensión, a la adrenalina 100%. Sobre todo al comienzo extrañé mucho a la gente de mi zona, todavía hablo con gente que me llama. Son cosas muy fuertes. ¿Cómo las he reemplazado para estar mejor? Estoy escribiendo textos, respondo cartas y leo muchas cosas que antes no pude por falta de tiempo. También salgo con amigos que no son políticos. Por ejemplo, me junto a almorzar con la doctora Erica Taucher, mamá de la ministra de Salud, con quien fuimos compañeros los últimos cuatro años de carrera.
—¿Escribe a mano o en un computador?
—Siempre escribo a mano y el último tiempo una secretaria me ayuda a pasarlo a un computador.
—¿Sobre qué escribe?
—Sobre lo que ha sido el tránsito de la Concertación a la Nueva Mayoría. Además quiero hacer la segunda parte de mi libro, "1938–1973 Historia, Vida y Pasiones".
—Se dice que a los políticos les encanta escribir cuando dejan sus cargos porque es una forma de alimentar el ego y también justificar lo que hicieron mientras tuvieron poder. ¿Es así?
—Yo escribí un libro antes de dejar el cargo, pero creo que es importante decirle a la gente de mediana edad, ¡este es Chile!, que no es el de hoy ni el del pasado, es la suma de todos y el cambio más fuerte no ocurre en la ciudad, sino que en el campo.
—¿Qué libro está leyendo ahora?
—Básicamente leo libros de filosofía y sobre la guerra civil española.
—Nathaniel Branden, psicoterapeuta y autor de artículos sobre filosofía política, afirmó que "el primer paso hacia el cambio es la consciencia y el segundo paso es la aceptación". ¿Aceptó que su vida política se acabó?
—Se acabó porque fundamentalmente la decisión la tomé yo, y es extraño porque son muy pocos los que han renunciado para dar espacio a los que venían detrás para que exista la renovación. Pero comparto la secuencia que plantea Branden, porque es real; ahora estoy en el período de la aceptación, pero tranquilo.
"Extraño ese trabajo porque es fascinante"
Hace tres años Ruiz-Esquide perdió a su esposa Inés, con quien estuvo casado 57 años. Un cáncer pulmonar la "arrancó de mi lado". Cuando habla de ella se pone serio y en voz baja comenta que "fue una gran compañera, aguantó mucho porque la vida de un político es dura."
"Yo siento la viudez. Pensaba que si me retiraba íbamos a tener la posibilidad de tener algunos años para vivir tranquilos, pasearnos por las calles y hacer esas cosas dulces que uno ve en los viejitos, pero no fue posible porque se fue antes".
Con la misma franqueza admite que desde que dejó el Senado está viviendo una segunda viudez.
—¿Como se vive ese proceso?
—Se extraña. De hecho hay dos tipos de viudez difíciles para el hombre; la primera es la viudez de su esposa y la segunda es el poder. Es impresionante la fuerza que tiene el poder como motor movilizador de tus acciones.
El poder te atrae, te rapta, lo extrañas, pero en mi caso quizá porque me metí en el consejo nacional ha sido morigerado.
—¿Se arrepiente de no haber repostulado al Senado?
—No, le hago caso a un exPresidente chileno que acaba de decir que para él la política es pasado, pero no dice si va haber futuro o no (ríe al comentar la afirmación de Ricardo Lagos).
—Felipe González acuñó esa famosa frase que dice que los exPresidentes son como jarrones chinos en apartamentos pequeños. Todos les suponen un gran valor, pero nadie sabe dónde ponerlos. Obviamente usted no llegó a La Moneda, ¿pero siente que es un jarrón chino para la DC?
—No, ¡nunca! porque no me siento un jarrón y en la DC sigo colaborando para que sus ideas sigan vivas.
—Cuando se debatía sobre su repostulación y las encuestas lo daban como ganador, ¿hubo gente del partido que quería que se hiciera a un lado?
—(Mira hacia la ventana, respira hondo y responde). Sí, pero nadie me lo exigió ni me empujó. Pero hubo expresiones como "que bueno que se vaya", porque el poder genera envidia. Y es verdad que hubo gente que dijo "es hora, ándate por favor porque estamos aburridos que lleves 24 años tapándonos". Pero no puedo decir que alguien hizo una acción directa para sacarme.
Se lo voy a decir más brutalmente con un dicho de Don Quijote que dice "señor tenga usted cuidado con su entorno porque por el mucho bien que hace, es peor". Así lo sentí porque hubo gente por la que hice todo y cuando llegó el momento de defenderme no lo hizo. Pero eso se ha ido pasando con las cartas de cariño que recibo de personas que ni siquiera son DC y me dicen que yo debería haber continuado.
—¿Se desencantó de la DC?
—No, porque los tiempos cambiaron, pero hay una pregunta dramática que no sé contestar. ¿Entraría con los ideales que tenía a los 20 años a la DC de hoy?
—¿Entraría?
—No te escuché bien (sonríe).
—No entraría porque usted hoy es más de izquierda.
Ruiz-Esquide mira fijamente y en tono amable dice "sigamos".
—¿Le habría gustado ser el "Ted Kennedy" chileno, que hasta el día de su muerte fue el senador senior del estado de Massachusetts?
—Sí, pero también debo advertir que las elecciones se encarecieron de tal manera que hubiese sido probable que no tuviera recursos, como le pasó a Orpis...
Por Paula Canales G.

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