Microterroir: En busca del genoma de la Carmenere

Así se puede graficar el objetivo del proyecto que lleva a cabo hace más de diez años
Viña Casa Silva junto a la Universidad de Talca, el Instituto alemán Max Planck, la Universidad Técnica Federico Santa María y FONDEF, en sus viñedos de Los Lingues, Valle de Colchagua.
En 90 microterroir de 0,1 hectáreas han plantado hace más de diez años 72 accesiones de Carmenere, diversos clones, con el objetivo de poder obtener uvas diversas pero vinificarlas con el mismo método, para así poder analizar las diferencias de las plantas respecto del vino resultante.
A la fecha ya tienen los resultados de este minucioso y largo estudio, y con ese objetivo Casa Silva convocó a un seminario para darlos a conocer y enterarse, por ejemplo, que los vinos resultantes de esos estudios han estado disponibles todo este tiempo en el comercio, me refiero a la línea Microterrior, que justamente vienen de esas decenas de pequeños y diversos viñedos. Por esa razón, junto al seminario, se realizó una cata vertical de los vinos Microterrior, del 2006 al 2011.
Pero volviendo al difícil tema del ADN y genoma de la Carmenere, el Director Enológico de Casa Silva, Mario Geisse, y Yerko Moreno, de la U. de Talca, explicaron a la audiencia los avances del proyecto, el cual ya está en su fase de implantación de resultados.
Sí, porque tras más de una década, ahora se disponen a plantar en mayores extensiones que los 0,1 ha. de los microterrior, diferentes plantas de Carmenere, pero de solo dos clones, pues esa fue la conclusión más evidente del largo estudio: hay dos grandes tipos de Carmenere.
Comprobaron tras los análisis que hay dos tipos de clones Carmenere, pues a pesar de diferencias entre muchos otros, a nivel genético esa diversidad no es tal. Los dos clones son CS/CCTVV27 y CS/CCTVV34.
Ahora estamos plantando estos dos tipos de clones para producir vinos de ellos por separado, ahí ver que vinos obtenemos y ver cuál elegimos, o seguir mezclando para producir vinos según nuestra preferencia por cierto estilo de vino. Veremos cómo los clones se comportan en diferentes terruños, climas, etc., explicó Mario Geisse.
Mario Pablo Silva, gerente general de la viña, recordó que al final de la década de los años 90 no habían conocimientos acerca de la Carmenere. Se pensó en un primer momento que podría manejarse de similar manera que al
Cabernet Sauvignon, pero no era así, destacando la importancia de los estudios que han realizado, cuyos resultados, dijo, están abiertos a ser conocidos por quienes estén interesados.
En la cata vertical de los vinos Microterroir, producidos con las uvas de los cuarteles en estudio, lo que más me sorprendió fue la longevidad que presenta la Carmenere, algo no muy común o, tal vez, no muy conocido o incluso exista un prejuicio en el sentido de afirmar que esta variedad no evoluciona bien con el pasar del tiempo.
Pues bien, a nivel personal, los vinos más antiguos, o sea, 2006, 2007 y 2008 presentaban una muy redonda estructura, todo muy integrado y elegante, buena acidez y cuerpo firme. Ya los vinos más recientes, 2009, 2010 y 2011, todavía se notaban estar en evolución, o sea, en algunos años estarán en su mejor punto para ser bebidos.

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